La maceta vacía de Demi. Barcelona: Editorial Juventud, 2010. ISBN: 978-84-261-3806-4
Hace mucho tiempo, en China, vivía un niño que se llamaba Ping a quien le gustaban mucho las flores. Todo lo que plantaba florecía. Hacía brotar flores, arbustos y hasta grandes árboles frutales ¡como por arte de magia!
Todos los que vivían en aquel reino también amaban las flores. Las plantaban en todas partes, y el aire olía como el perfume.
Al emperador le gustaban los pájaros y los animales pero amaba las flores por encima de todo, y cuidaba de su jardín a diario.
Pero el Emperador era muy mayor y debía escoger un sucesor al trono. ¿Quién sería su sucesor? ¿Cómo lo elegiría?
El Emperador amaba tantos las flores, que decidió dejar que las flores lo escogieran por él.
«Quien traiga las flores más bellas al cabo de una ño -decía- será el sucesor al trono.»
Todos los niños acuden a palacio y reciben unas semillas de flores muy especiales. Al cabo de un año todos han conseguido que broeten sus flores, todos menos Ping. Él se presenta ante el Emperador con su maceta vacía. Un cuento sobre el valor y la honestidad.
Cuentos para soñar 